"Símbolos"
Sin
duda alguna, puede decirse que el Lunes Santo es desde ya una cita
imprescindible en nuestras vidas y uno de los días más importantes de nuestra
Hermandad.
Un Lunes Santo que,
meteorológicamente hablando, amaneció como se esperaba, relajando la tensión de
nuestras cervicales, que en estos años atrás tanto han sufrido mirando hacia
arriba, a un cielo que en toda esta Semana Santa ha tomado por bandera el color
de los ojos del soberano Poder.
A las 12 de la mañana, tuvo lugar la Eucaristía
Preparatoria para la Estación de penitencia presidida por nuestro director
espiritual D. José Palomas Agout y nuestro párroco emérito, D. Miguel Rodríguez
Rodríguez; y donde, como ocurriera el pasado año, fueron recibidos
canónicamente los nuevos hermanos de este año.
Una mañana intensa que culminó con la visita de nuestro Exmo. Sr. Obispo, D. José Mazuelos, quien, según
tenemos entendido, ya había pasado por los templo de San Diego y San Miguel y
saludado a la otra hermandad del día, la
hermanad de la Humildad y Paciencia en la Basílica de la Caridad, haciendo lo
propio con la nuestra.
Su recepción fue protocolariamente correcta
y formal, dándole a besar la reliquia de Santa Teresa de Jesús, propiedad de la
Hermandad, e invitándolo a pasar al interior, donde la conversación fue más distendida
y coloquial y donde mostró mucho interés en
todo lo referente a la Cofradía y sus preparativos.
Concediéndonos
el honor de encender la vela conmemorativa del 500 aniversario del Nacimiento
de Santa Teresa, que fundida en uno de los candelabros de guardabrisa, estaba decorada con oro y la inscripción “Nada
te Turbe, Nada te espante”.
Un cierre de la jornada matutina que,
antes de la visita de Don José, había sido precedida por la visita de nuestra
Madrina, la Hermandad de los Dolores, quien, como viene siendo costumbre y, ésta,
haciéndose tradición, depositó a los pies del Señor las siete rosas blancas de
la Virgen y el purificar de su besamanos para que, como las tres rosas de las
negaciones lo hacen el Miércoles Santo, estas siete pasearan a los pies del
Soberano Poder en tarde del Lunes Santo.
Símbolos que nos van uniendo y que
se suman a los propios del “Pusillus Grex”, donde este año podía verse, además
de la luz del codal de cera por Santa Teresa, la medalla de la Patrona, la Virgen
de la Caridad, anudada al cordón del Señor y el aroma de nardo que nuestros incensarios quemaron durante toda la procesión o, a iniciativa de nuestro grupo
joven, el lazo naranja en el respiradero con la leyenda “La piel de Cristo es
de color naranja”, como manifiesto en
contra de los movimientos Yihadistas, persecuciones y atentados contra los
cristianos.
Símbolos que se mostraron
públicamente en una tarde tan brillante como la mañana.
Las puertas de la Parroquia del
Carmen se abrieron minutos antes de las 18.30 horas, tras una recogida oración
dirigida por nuestro párroco D. José, iniciándose el camino de un ejemplar
cortejo de hermanos nazarenos, puntualmente, tal y como marcaba nuestro
horario.
Inicio de una Estación de Penitencia
atenuado con las notas del órgano provenientes del interior del templo e
interrumpido finalmente con los sones de la Banda de Cornetas y Tambores
Santísimo Cristo de la Sangre (Sevilla).
Y con la misma sobriedad que salió,
entro puntualmente a las 0:30 horas del Martes Santo, destacando el
recogimiento en la Parroquia Mayor de la O y el transcurrir de la cofradía por Carrera
Oficial, tanto en barrio alto, como por calle Ancha.
Haciendo
una especial valoración al paso de nuestra hermandad ante la Iglesia de la
Trinidad, donde siempre se espera con ansias la llegada de nuestro Titular. Y
la recogida, donde el paso no reviro enfrentándose al pueblo, sino que entró,
sobre sus pasos, sin solución de continuidad, encarando la mirada del Señor a
sus hermanos, a quienes por Regla se les prohíbe mirar hacia atrás y no tienen
oportunidad de verlo en la calle, ofreciendo la estampa más bella de toda la
Estación de Penitencia.
Dar
las gracias a todos nuestros hermanos por su comportamiento y en sobremanera su
compostura y saber estar en todo momento. A los nazarenos por soportar las
altas temperaturas y los momentos en los que los factores externos y el público
os lo hacen difícil. Y a lo monaguillos, simplemente por ser monaguillos.
A nuestros auxiliares de cofradía por el buen
desarrollo de su trabajo y su constante preocupación por el cuerpo de nazarenos,
monaguillos y acólitos. Al equipo de
capataces y nuestros costaleros, a los que siempre se les está exigiendo, más y
más, y así lo cumplen.
Dar
gracias, por supuesto, a la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo
de la Sangre, por las magníficas interpretaciones con las que se acompañaron
los andares del Soberano Poder.
Y
finalmente hacerlo extensivo a todos los que, por lo general, habéis estado
trabajando para que este Lunes Santo brillara de esta manera: delegación de
culto, mayordomía, equipo de costura, grupo joven, etc.…
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